sábado, 16 de febrero de 2013

Junta Grande

Cornelio Saavedra
Cornelio Saavedra
La propuesta aceptada de Saavedra provocó la participación de los diputados del interior, encabezados por Gregorio Funes representante de Córdoba, lo que además conllevo a un gran vuelco idealista que giraba en torno al federalismo. Dispusieron la creación de juntas provinciales en cada capital de provincia, compuesta por cinco miembros que ejercerían el gobierno en cada una, pero aceptarían los disposiciones propuestas por la Junta de Buenos Aires. Cada ciudad tendrían también  su junta de tres miembros, dependiente de las anteriores mencionadas. A partir de estos sucesos comenzaron a generarse nuevamente grandes diferencias que ya se habían manifestado anteriormente. 

Uno de los máximos desafíos para la nueva moción era la Sociedad Patriótica, creada por los partidarios alimentadas por el pensamiento Morenista, muy críticos de las acciones del nuevo gobierno. Se trataba de un grupo de jóvenes ilustrados, con una gran influencia en los años próximos de Revolución.

A esto, se le sumaba la ineficacia de la nueva moción. La nueva propuesta resultó demasiado numerosa para gobernar con rapidez, por lo que, con el tiempo, fue despretigiándose, y por ende, el grupo opositor acrecentaba día a día.

El gran problema estalló finalmente el 5 y el 6 de abril en las calles de Buenos Aires, donde los seguidores de Moreno se decidieron a expulsar del poder a los sospechosos europeos que atentaban contra la causa, entre los mas conocidos, Azcuenága y Larrea. El resultado de esto fue el confrontamiento entre porteños y provincialistas, por lo que los saavedristas tuvieron que hacerse cargo del poder.

Mientras tanto, en el norte, la enorme derrota del ejército en Huaqui debilitó severamente a la Junta Grande. El peligro que asechaba a Saavedra por su evidente ineptitud en el cargo lo obligó a marcharse de Buenos Aires y dirigirse hacia al norte a reorganizar el ejército, hecho que aprovechó la oposición. De esta manera, el Cabildo decidió retomar el poder y devolver a Buenos Aires el espíritu revolucionario que se había perdido hasta el momento creando un nuevo órgano de gobierno: el Triunvirato.

Primera Junta

Nuestro primer gobierno patrio ya estaba en marcha, un 25 de mayo gracias a la imposición del pueblo sobre las ideas españolistas que aún estaban tímidamente vigentes en los suelos del Río de la Plata. Sin embargo dicho poder no se presentó, en sus principios, como la ruptura del orden preexistente debido a los diferentes acontecimientos causales de dicho proceso, sino que tomó la continuidad de la soberanía del rey Fernando VII, quien habría perdido el poder ejercido en España.

Ahora... ¿Que hacer? Existían muchísimos aspectos que debían ser fuertemente analizados para llevar a cabo un orden en manos esta vez criollas, los cuales eran:

· Enfrentar la inevitable guerra contra España.
· Decidir la declaración de la Independencia.
· Resolver la forma de organización nacional.

Las básicas medidas que tomó la Primera Junta estaban directamente relacionadas con las causas que habían impulsado a la Revolución de Mayo, por lo que, en lo político administrativo se llevo a cabo la sanción de medidas para el funcionamiento de la Primera Junta, se dió derecho de voto a los indígenas, se dictó el Reglamento de supresión de hombres y se convocó a representantes de las provincias del interior para unirse a la Junta y participar de las decisiones.

Pero además existieron otros tipos de aspecto a tener en cuenta a la hora de la toma de decisiones  donde lo cultural jugó un papel muy importante:

· Se crearon nuevas escuelas públicas, para la educación principalmente de jóvenes.
· Se creó la primera Biblioteca Pública.
· El primer periódico editado en tierras Rioplatenses: La Gaceta de Buenos Aires.

En lo militar, se decidió el envío de expediciones al interior para respaldar la Revolución de Mayo y vencer posibles levantamientos o resistencias españolistas. Se enviaron también expediciones al Alto Perú, a Paraguay y la Banda Oriental.

Y por último, se tomaron medidas en cuanto al plano económico, las cuales fueron:

· Facilidades para que los pequeños campesinos puedan adquirir tierras.
· Aperturas de nuevos puertos para comerciar con el exterior (recordemos que el negocio ya era libre).

Sin embargo se presentaron una serie de problemas que fueron resueltos con el pasar de los días  Al estar convencidos de que en España pronto se restablecería la monarquía  la audiencia de Buenos Aires, el ex virrey Cisneros y Francisco Javier de Elío, gobernador de Montevideo, declararon rebelde al gobierno de Buenos Aires, contra el que conspiraron y propusieron a los pueblos del interior que juraran fidelidad al Consejo de Regencia establecido en la isla de Cádiz. Esto sucedió entre los meses de junio y julio de 1810. La reacción de la Junta fue expulsar a los miembros de la Audiencia y a Cisneros, y reemplazar por criollos a los integrantes del Cabildo de Buenos Aires, que apoyaban a los conspiradores.

integrantes de la primera junta

Además se produjeron enfrentamientos dentro de la misma Junta, especialmente entre Mariano Moreno y Cornelio Saavedra. El primero, inspirado en las ideas de la Revolución Francesa, era partidario de la rápida declaración de la Independencia. El segundo, de ideas conservadoras y monárquicas, solo que´ria como cambio del orden anterior, que los criollos formaran parte del gobierno, aún en manos de la corona española. Este enfrentamiento se agudizó hasta que, en noviembre de 1810, en cumplimiento de la circular del 27 de mayo enviada por la Junta a los Cabildos del Interior, llegaron los diputados de las provincias. Moreno era partidario de que formaran un cuerpo aparte y Saavedra, de que se incorporaran a la Junta. Al imponerse esta última moción, Mariano Moreno renunció a su cargo y fue enviado en misión diplomática a Londres, lo cual incumplió, debido a que murió durante el viaje.

Finalmente, en diciembre de 1810, se formó en Buenos Aires la Junta Grande...

martes, 12 de febrero de 2013

Revolución de Mayo

Luego de las invasiones inglesas producidas en los años 1806 y 1807 comenzaron a surgir entre los criollos ideologías revolucionarias enfocadas en la independización del poderío español sobre el Río de la Plata. En cuanto al plano europeo, la invasión francesa a España provocó el inicio de la resistencia de sus habitantes, quienes formaron juntas de gobierno en la llamada Junta Central de Sevilla. Esta designó, en 1809, a Baltasar Hidalgo de Cisneros como Virrey del Río de la Plata.

Sin embargo, cuando llegó a tierras Sudamericanas, el coronado se encontró con escasos recursos económicos para hacerle frente a los gastos. A este gran problema se le suma la difusión de los sucesos europeos, principalmente españoles: el 13 y 14 de mayo de 1810 los buques ingleses trajeron periódicos los cuales informaban  sobre la disolución de la Junta de Sevilla, lo cual implicaba que en España ya no había gobierno legítimo, y por ende... ¿en nombre de quien gobernaba el virrey?

cabildo abierto
La Juventud Ilustrada, que conformaba una elite en Buenos Aires, se planteó este interrogante y forzó, apoyados por el régimen revolucionario creados en 1806, la convocatoria a un Cabildo Abierto. Fue así que el 22 de mayo se reunieron los principales vecinos de Buenos Aires para debatir sobre la continuidad del virrey Cisneros en su cargo. En el lugar se encontraron criollos quienes sostenían, basados en las leyes de las Indias, que América era de la Corona de Castilla y que si el rey estaba preso, los americanos debían reasumir el ejercicio del poder. A estos se les oponían los españolistas quienes sostenían que mientras hubiera un español en América, ese debía gobernar. Estas posturas totalmente contrarias dieron lugar a ardorosos debates hasta que resolvieron solucionarlo por medio de la votación, la cual determinó: Por un lado el cese del virrey, por el otro, que el poder recaería en manos, provisoriamente, del Cabildo al cual se le otorgó la facultad para formar una Junta de Gobierno.

A pesar de esto, el 23 de mayo, el Cabildo Ordinario, formado en su mayoría por españolistas, mostró fidelidad al virrey sustituido. Formó otra Junta la cual Cisneros fue presidente, acompañado por Cornelio Saavedra, militar jefe del regimiento de Patricios, Juan José Castelli, joven abogado criollo, Nepomuceno Sola y José Inchausrregui, comerciantes españoles. De todos modos, al día siguiente, el rechazo popular se impuso a las ideas proteccionistas españolas y logró, al renunciar los integrantes criollos Saavedra y Castelli, la disolución de la Junta.

Fue así que el Cabildo españolista debió aceptar la imposición popular ante la actitud amenazante de los grupos patriotas. El 25, los integrantes de la Primera Junta de Gobierno asumieron sus cargos jurando fidelidad al rey cautivo, Fernando VII. Ese mismo día, un nutrido grupo de vecinos se reunió en la Plaza Mayor, hoy Plaza de Mayo, donde apoyaron los reclamos criollos, que irrumpieron en dependencia del Cabildo de Buenos Aires encabezados por French y Beruti. Las demandas consistieron en:

El gobierno fuera ejercido por una Junta integrada por Cornelio Saavedra como presidente; los abogados Juan José Paso y Mariano Moreno como secretarios y Juan José Castelli, abogado, al igual que Manuel Belgrano; Miguel de Azcuénaga, militar; Manuel Alberti, sacerdote, y los comerciantes Domingo Matheu y Juan Larrea como vocales.

integrantes del primer gobierno patrio

La Primera Junta envíe una expedición al interior para incentivar a las provincias a participar de los cambios ocurridos en Buenos Aires.

Ahora, el gran primer paso ya estaba dado, nuestro Primer Gobierno Patrio ya estaba en el ejercicio del poder.

jueves, 7 de febrero de 2013

Invasión Inglesa de 1807

Tras una frustrante derrota en tierras Sudamericanas en 1806, la corona inglesa decidió reprotagonizar un episodio muy similar a lo ocurrido al año siguiente, con una organización diferente y comenzando esta vez por Montevideo.

Inmediatamente comenzado el año 1807, mas precisamente el 14 de enero, las tropas británicas arribaban suelos Rioplatenses, donde alrededor de 6000 hombres comandados por el general Auchmuty se reorganizaban a tan solo 10 km. de Montevideo. Los primeros pasos británicos consistían en la toma de esta ciudad, lo que les permitía ir sumando territorios a sus dominios para la llegada de refuerzos y armamento. El intento fallido de Liniers terminó el 3 de febrero con el total control inglés sobre las tierras, lo cual lo obligó a volver a resguardarse en Buenos Aires.

general whitelocke
Whitelocke
En mayo de ese mismo año, el general Whitelocke llego a tierras invadidas con unos 5000 hombres y tomó el comando general. De este modo decidió avanzar cautelosamente el difícil terreno que separaba el terreno que se habían adueñado con Buenos Aires. Tras pobres esfuerzos criollos para detener la invasión que aumentaba día a día, los ingleses llegaron finalmente a Buenos Aires, donde le dieron a los porteños 3 días, tiempo que utilizaron para organizarse militarmente.

El alcalde de la ciudad aterrorizada, Martín de Álzaga, quien llegó a dicho cargo por su gran desempeño en impedir la invasión de los ingleses el año pasado, ordenó al pueblo que se rearmara con todo lo que podían para resistir el arrazante avance. De esta manera, la bella Buenos Aires se había transformado en un terreno de trincheras, pozos y barricadas, iluminado solo a la luz de las velas.

El 5 de julio, el general Whitelocke, confiado por su supremacía armamentista, señaló a sus dirigidos ingresar a la ciudad dispuestos en 12 columnas, sin embargo llevaban la orden de no disparar sus armas hasta llegar a la Plaza de la Victoria. Lo que el cuerpo invasor no se esperaba eran los 9000 reclutados por Liniers y Álzaga entre milicianos, criollos y vecinos distribuidos por toda la zona. La precaria resistencia se había municionado con productos caseros de fácil comercialización, el cual arrojaban a sus enemigos desde las casas, techos y calles. Según varias anécdotas, entre los productos utilizados por los nativos se encontraba el agua, el aceite y la grasa vacuna los cuales eran hervidos y lanzados a altas temperaturas contra sus agresores, quienes en ocasiones, terminaban con severos problemas de quemaduras. De esta manera, el general británico veía como sus aspiraciones se desvanecían bajo el entorpecido avance de sus tropas, doblegados por la fuerza vecinal que abría fuego permanentemente contra ellos desde el interior de las casas. Como la defensiva porteña brotó sus frutos debido a la caída de las columnas invasoras, Liniers exigió la rendición, la cual Whitelocke rechazó y como consecuencia alargó la contienda por dos días mas. A pesar de esto, los inglesas ya muy debilitados, no pudieron cambiar el rumbo de los hechos y tuvieron que dejar la ciudad el 7 de julio. De todos modos, no se retiraron de la banda oriental que invadieron recién hasta el 9 de septiembre, debido a los términos de capitulación propuestos por Álzaga a los cuales se le extendió un plazo de 2 meses mas para que abandonen Montevideo.

batalla en calles de buenos aires
Como consecuencia de dichos sucesos, dentro del plano británico, se lo encontró totalmente culpable de todos los cargos al general Whitelocke a quien la corona inglesa despojó completamente de su función.

De este lado del océano Atlántico fueron varias los notorios cambios, en algunos casos casuales, que se produjeron, entre los que cabe destacar:

· La retención del poderío de la corona española sobre el Río de la Plata gracias a la accion militar de milicias urbanas y vecinales.

· La evidencial ineficacia del sistema defensivo colonial español ante las posibles contiendas organizadas en territorios Sudamericanos, reflejados en la Defensa y Reconquista de tierras por cuerpos criollos.

· Las calles de la ciudad capital sufrieron modificaciones globales de su nomenclatura en donde decidieron honrar a quienes tomaron papeles fundamentales en vísperas de invasiones.

· Y por último fue la causa mas importante de un hecho que ocurriría 3 años mas tarde, la Revolución de Mayo de 1810, debido a las fuertes ideas revolucionarias que invadieron los corazones criollos con el aval de independizarse completamente del poderío español.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Invasión Inglesa de 1806

El Virreinato del Rio de La Plata, como se llamaba aquel entonces el territorio que mas tarde se bautizaria como Argentina, eran tierras pertenecientes a la corona española, conquistadas a mediados de 1500. Sin embargo, en 1806 se produjo la invasión en Buenos Aires de un cuerpo militar ingles con el objetivo de anexar la ciudad a sus dominios.

Uno de los grandes motivos que llevaron a la desesperada búsqueda de nuevas tierras fue que los ingleses perdieron su poderío en tierras norteamericanas, ya que en 1776, Estados Unidos de América se auto proclamaba como nación independiente, fuera de los mandatos británicos.

Hacia fines de 1805 existían algunos rumores en la capital que comandaban los españoles de la posible llegada de sus vecinos europeos con el fin de apoderarse de sus tierras, es por ellos que desde este lado del mundo, el virrey Rafael de Sobremonte, solicitó refuerzos a España con el aval de defenderse ante dichos rumores. Sin embargo, la única respuesta recibida desde el otro lado del océano Atlántico fueron pequeños armamentos de segundo nivel y la inesperada sugerencia de armar y mentalizar al pueblo para que el mismo colabore con la retirada inglesa, lo cual podría llevar severos problemas a la corona española, debido a la fuerte mentalidad revolucionaria que invadía la cabeza de algunos criollos.

Y al parecer, los rumores no quedaron solo entre dichos olvidados. Rafael recibió la peligrosa noticia de que una flota británica se había aprovisionado en Brasil, y siguiendo las normativas impuestas por la corona, organizó la paupérrima defensa virreinal en un punto estratégico para impedir el arribo de los buques de guerra ingleses en el puerto Montevideo.

En enero de 1806 la misma flota británica de la cual se creía que llegaría a Buenos Aires, ocupó el Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica, donde la corona holandesa ejercía su poder. De esta manera, Inglaterra dominaba completamente los trámites comerciales que se ejercían entre el Océano Atlántico y el Océano Índico y de alguna manera fortalecía las sospechas virreinales de un posible atentado contra sus condominios. Y así fue, ya que en abril de ese mismo año la flota desembarcaba hacia Sudamérica al mando del general Williams Carr Beresford quien lideraría el ataque hacia Buenos Aires.

El 8 de junio avistaba en Montevideo, y el 25 del mismo mes desembarcaron en puerto de Quilmes sin ser molestados por nadie. Recién al día siguiente, el pueblo de Buenos Aires se decidió a marchar hacia ellos bajo el mando del coronel Pedro del Arce, aunque los resultados no fueron los esperados. Las tropas defensoras no soportaron la artillería invasora y obligaron a una rápida retirada que se vió abrumada por una fuerte avance inglés sobre la ciudad. De esta manera, con apenas 2 días de resistencia, Sobremonto entregó las tierras de la capital en manos de Beresford, quienes fueron rebautizabas como Nueva Arcadía y representadas por la flamante bandera de Reino Unido.

A la mañana del 27 de junio el virrey paría rendido hacia España dejando el total control en manos invasoras. Sin embargo, las cosas aún no habían terminado. Ante las negativas virreinales para reconquistar la ciudad, el pueblo entero, tanto criollos como españoles, se rearmó para imponer defensa por mano propia. La idea central consistía en armar distintos subgrupos clandestinos bien organizados y atacar con armamentos caseros por falta de bienes, pero lo que por otra parte acarreaba una buena ventaja: no existían sospechas de los invasores de un posible contraataque.

santiago de liniers
Varias veces fueron neutralizadas las fuerzas criollas debido al poderoso armamento inglés, el cual avanzaba en su conquista e incrementaba exponencialmente sus refuerzos día a día, hasta que el 12 de agosto, un batallón reclutado por Liniers se alzaró en una batalla campal que dejó muchisimas muertes en la ciudad de Buenos Aires. Tras la toma de la Iglesia de la Merced, los nativos salieron en una rápida y fuerte ofensiva sobre el Fuerte Inglés. Luego de sangrientos  episodios, Beresford se rindió y el 20 de agosto se firmó un acuerdo para el intercambio de prisioneros entre ambos bandos.

Una vez reconquistaba la ciudad de Buenos Aires se decidió otorgarla la Capitanía General a Liniers, por su gran participación en la lucha contra los invasores.